Especialidades
Cirugía
Facial
Rinoplastia
En esta cirugía podemos mejorar la calidad de nuestra respiración así como el aspecto de la nariz.
Es muy importante analizar la nariz en el contexto de toda la anatomía facial puesto que la armonía y proporcionalidad facial hará que los resultados sean mucho mejores que si solo tenemos en cuenta la anatomía de la nariz individualmente.
Existen dos tipos de rinoplastia, abierta y cerrada. Cada técnica se indica según las necesidades del paciente. La intervención se realiza bajo anestesia general y precisa de taponamiento nasal durante 24-48 horas y en ocasiones una férula nasal durante 7-10 días. Al contrario de otras cirugías, los resultados de la rinoplastia se aprecian un poco más tarde, siendo definitivos a partir del sexto mes postoperatorios.
Blefaroplastia
Con esta intervención conseguimos rejuvenecer la mirada actuando en diferentes estructuras.
Está indicada para pacientes que presenten una mirada cansada, exceso cutáneo o bolsas prominentes. Asimismo con la cirugía se pueden corregir la caída de los párpados o ptosis así como otras alteraciones en la posición de los mismos.
Tras una adecuada evaluación en consulta se decidirá si se actúa en los párpados superiores, inferiores o ambos. En este análisis se tiene en cuenta la cantidad de piel sobrante y su elasticidad, la presencia de bolsas grasas luxadas, la longitud de los párpados y su posición.
Es importante ponerse en manos de un experto para evitar complicaciones. La planificación es fundamental para evitar malos resultados. Se pueden realizar diferentes abordajes según las zonas a tratar.
Como siempre en cualquier cirugía facial, lo más importante es analizar el rostro en conjunto puesto que en esta intervención hay que valorar el estado de la grasa en la zona malar (pómulos), la posición de las cejas/zona frontal, etc. En ocasiones es conveniente asociar algún otro procedimiento sencillo para obtener resultados óptimos.
Habitualmente es una cirugía sencilla que no suele requerir ingreso hospitalario y se puede realizar con anestesia local o general, dependiendo del paciente y el procedimiento. La recuperación es muy rápida y no tiene un postoperatorio doloroso.
Lipofilling
Mediante una pequeña liposucción podemos procesar el tejido graso y prepararlo para poder transferirlo a otras partes del cuerpo.
Esta transferencia reposiciona volumen perdido y nos permite complementar multitud de intervenciones o corregir cicatrices o imperfecciones faciales. La transferencia grasa mejora el aspecto y calidad de la piel y en zonas radiadas, usada con cautela, es de gran utilidad. No siempre es posible hacer grandes transferencias. Puede ser más conveniente dos intervenciones y conseguir un mejor prendimiento de la lipotransferencia que acabar con una reabsorción completa de la grasa transferida y un resultado insatisfactorio. Es importante ponerse en manos expertas para mejorar los resultados.
Lifting
El paso del tiempo hace que las estructuras faciales pierdan elasticidad y desciendan de su posición original. El aspecto juvenil de un rostro no depende solo de la presencia o no de arrugas sino de la correcta posición de sus estructuras profundas.
Cuando realizamos un lifting no perseguimos únicamente estirar la piel, puesto que si sólo nos centráramos en el plano cutáneo obtendríamos resultados artificiales. Sin embargo, con el manejo cuidadoso de las estructuras profundas podemos recolocarlas en su lugar original y sumado a una resección conservadora de la piel redundante conseguiremos un rejuvenecimiento facial natural. El fin de esta intervención persigue devolver un rostro natural, como el que se tenía un tiempo atrás.
Una vez más, el análisis completo del rostro nos permitirá ofrecer un plan quirúrgico completo. Esta intervención suele complementarse con una lipotransferencia malar y/o una blefaroplastia puesto que con ello conseguiremos en muchos casos el mejor resultado posible. La intervención se realiza bajo anestesia general y se precisa una noche de ingreso con un postoperatorio con mínimas molestias.
Otoplastia
Corregir o mejorar la forma y posición de los pabellones auriculares es posible mediante esta cirugía.
Se realiza una incisión en la parte posterior de la oreja y se moldea el cartílago de la misma para cambiar su forma y posición. Es una intervención relativamente sencilla y que en población adulta se puede realizar con anestesia general. Sus resultados son predecibles y muy satisfactorios persiguiendo siempre naturalidad y huyendo de la hipercorrección que muchas veces estigmatiza a pacientes intervenidos con esta cirugía.